Por: René J. Reyes Medina*
En el pasado reciente en Puerto Rico se ha tenido la situación en la que se pide cuenta al Estado sobre la “vida y la muerte”, sobre el quehacer diario de nuestras actividades productivas, o sobre el manejo de los procesos democráticos; y nadie le cree la versión. Ejemplo de ello es la última elección del ahora aspirante a la Comisaría Residente por el Partido Popular Democrático (PPD), Aníbal Acevedo Vilá, que la terminó decidiendo los tribunales (Estatal y Federal), imponiendo en esa ocasión a quien debieran adjudicarse los votos “pivazos”; obligando la inscripción por petición de un partido de minoría y adjudicando el Gobernador ganador. Mucho más reciente, tras el huracán María, aún hay dudas sobre el número total de muertes provocadas por este fenómeno, y cuáles corresponden a negligencias de empresas privadas y al gobierno. No obstante, incluso luego de la salida forzada del gobernador en julio de 2019, se expuso a principios de enero - de nuevo en crisis - el pobre manejo de la información gubernamental sobre los almacenes de suministros de emergencia, en medio de la catástrofe provocada por los temblores del sur del País a finales de 2019 e inicios del 2020. En este último asunto nadie nos ha dejado claro si, se retuvieron recursos a expensas del bienestar social por un error de coordinación o para usarlo en oportunidades fotográficas para adornar las figuras del partido en el poder. Sólo se sabe que como con las acusaciones contra el exgobernador Ricardo Rossello; el Departamento de Justicia de Puerto Rico y el sistema de tribunales no encontraron delitos en las acciones del gobierno y sus dirigentes.
Continúa la crisis de credibilidad
Desde el desate de la emergencia del Covid 19 en Puerto Rico, muchos elementos de la información sobre el manejo (nombre de funcionarios responsables, compra de pruebas y otros recursos médicos, compañías que contratan y/o colaboran con el gobierno, entre otros) no han estado claros. Mucho menos la publicación de los números de casos, muertes asociada y demás procesos dirigidos por el gobierno para enfrentar esta pandemia. La gráfica 1, muestra el trayecto inicial de la pruebas que dieron positivo a la novel enfermedad popularmente conocida como “Coronavirus” en Puerto Rico, según se divulga diariamente por el gobierno a partir del 13 de abril del 2020, y fuera reseñado por distintos periodistas y medios públicos. Ésta además muestra discontinuidad en la serie de datos sobre positivos a pruebas de Covid19 del Departamento de Salud, pues dicha información durante los días 21 y 22 de abril hizo crisis tras un error de contabilidad cuyas causas no han sido expuestas, provocando rectificación de los datos e inicial aceptación por parte del gobierno de Puerto Rico de deficiencias en la información pública sobre este fenómeno.
Aun así, a partir del 25 de mayo, se pretenden abrir muchísimas actividades sociales y comerciales, hasta el momento limitadas desde el inicio de esta pandemias, esta vez, siendo evidente la intervención de la mano invisible e invencible del sector privado. Este glorioso elemento vino a sustituir los famosos grupos de intereses del populismo de antaño, y junto al sector religioso y el gobierno, orquestan el son de una “santa alianza” por la “apertura económica”.
Dudas sobre las estadísticas macroeconómicas de Puerto Rico
Como secuela a este aviso por el rescate de “nuestra economía”, el 23 de mayo de 2020 en el periódico Caribbean Business, uno de los economistas de la Junta de Control Fiscal, el colega Dr. Ricardo Fuentes Ramírez, egresado de una de las mejores instituciones de educación superior del País; y editor y colaborador de uno de los texto sobre economía de Puerto Rico contemporáneos más abarcadores en tiempos recientes, tiró sus primeros comentarios sobre la calidad actual de la divulgación de estadísticas de nuestra economía (2). En “Improving the measurement of Puerto Rico’s Economic Growth” el 21 de mayo de 2020, Fuentes señala que:
“En este momento de incertidumbre, la Junta de Supervisión ha hecho todo lo posible para generar pronósticos económico abarcadores, utilizando los datos y las metodologías más relevantes. Una de las proyecciones prioritarias es para el Producto Nacional Bruto (PNB) real. Desafortunadamente, hay varios problemas relacionados con la forma en que el Gobierno de Puerto Rico estima actualmente este indicador que hace que el proceso de pronóstico sea mucho más difícil. Esto dado que las estimaciones anuales que actualmente genera el gobierno se han calculado utilizando 1954 como año base para ajustar la inflación.” - (CB, 23 de mayo de 2020 [traducción del autor]) (3)
La primera preocupación del Dr. Fuentes Ramírez son que los índices de precios para deflación del PNB tienen base en el año 1954. La mayoría de estos índices de precios aparecen en la tabla 4 de cada Apéndice Estadístico publicado junto al Informe Económico de la Gobernadora para cada año fiscal.
Los índices
¿Qué significa esta preocupación? Es un hecho que en 1954 los precios eran más bajos y es común hablar con algún familiar mayor quien hace referencias a este fenómeno con relatos del plano anecdótico.
“La libra de pan antes era a una peseta (25 centavos de $US); y con 50 chavos (centavos de $US) yo almorzaba y pagaba el pasaje del carro público”.
Esta hipérbole de nuestra hablar económico cotidiano, es la razón de ser más común de un deflactor o índice de precios. Es decir, se utilizan para ajustar un valor, extrayendo el efecto en su desarrollo provocado exclusivamente por el cambio de los precios a través del tiempo o la “inflación”.
Cada deflactor resume el efecto de un conjunto de precios específicos: “Inversión en construcción”, “Gasto de consumo personal”, “Gasto de consumo personal de Artículos duraderos”, etc., y su propósito es ajustar la percepción “nominal” que tenemos de nuestro Crecimiento económico, revelando su movimiento “real”. En el caso de las variables totales o agregadas se producen “índices implícitos de precio”. Estos se derivan de la agregación de componentes reales (ya deflacionados), cuya inversa (de esa suma) es multiplicada por el valor nominal del año correspondiente y por el escalar 100; convirtiendose en este índice implícito.
Ajustes para ver mejor el crecimiento real de la economía de Puerto Rico
Retomando los señalamientos del Dr. Fuentes éste acotó además que los cambios en patrones de consumo (desde 1954 al presente) son un límite adicional para lograr estimados eficientes en la actualidad.
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| (Fuente de datos: Apéndice Estadístico, Junta de Planificación de Puerto Rico y elaboración del autor) (4) |
Estas dos debilidades - año base en 1954 y cambio en los patrones de consumo de la población desde entonces - provocan que falle el pronóstico de crecimiento estimado del PNB por de “4.7%” para el año fiscal 2019 (en la revisión del Plan Fiscal sujeta a certificación para el 2020 del 27 de mayo de 2020, el Estado asume la medición de la caída económica hecha por a JP de -4.3% para 2018, y adjudica un crecimiento un poco más conservador, pero aun superior al de la agencia de un 3.8% para el 2019. Luego proyecta crecimientos de -4% y 0.5%, para los años 2020 y 2021). Según la medición oficial de Junta de Planificación (JP) -entidad que calcula el tamaño a través de varios indicadores y variables, de nuestra economía de forma macroeconómica de manera ininterrumpida al menos desde 1951- el Producto nacional bruto o PNB de Puerto Rico para dicho año fiscal fueron unos $70,780.5 millones, que a precios de 1954 serían unos $5,825.0 millones, marcando un crecimiento de 1.5%, respecto al año fiscal 2018. Al removerle el efecto del precio al cálculo del año fiscal 2019 se le adjudica automáticamente al cambio en “precio” unos $64,955.5 millones de forma “nominal” o ficticia (5).
De ese hecho, lo más importante es el cambio a través del tiempo de lo mediciones “reales” de nuestro gasto agregado, como sociedad. Para entender esto, imaginemos que queremos saber cuánto usted está almorzando realmente (cantidad de almuerzos a precio común) semanalmente hoy, en comparación con el año 2005. Usted compraba su almuerzo durante 7 días en el 2005 y gastaba para entonces unos $35 dólares en almuerzo. Sin embargo para 2019 el gasto total le asciende a unos $63 dólares para ese mismo asunto. ¿A qué se debe este cambio “nominal” en su alimentación al medio día de los pasados 14 años? Al examinar el cambio en los precios, divide el precio del año 2005 entre el del año 2019 y lo multiplica por los $63 dólares (que le cuesta su alimentación semanal hoy); descubrirá que ese valor del 2019 cubre hoy el mismo valor que cubrían los $35 del 2005 y por tanto, podemos interpretar que ese gasto de hoy le genera el mismo placer o "utilidad" que los $35 de hace 15 años. O dicho de otra forma, su crecimiento en gasto en almuerzo en términos reales es 0.0%, a pesar de la ilusión nominal que provocó la pregunta.
Uno de los efecto práctico evidente de un deflactor con un año base en el 1954, es lo complicado que hace la comparación con los valores nominales actuales. Al examinar las gráficas 2 y 3 arriba, se puede examinar el trayecto de nuestro PNB nominal y real de 2005 a 2019. Es decir el adjudicar al cambio de precios $64,955.5 millones o un 91.77% del valor nominal del PNB para 2019, y decir como mencionamos anteriormente que “en términos reales esos $70,780.5 millones” serían unos “$5,825.0 millones de 1954”.
Para salvar la distancia en el tiempo y poder hacer una referencia más reciente, en la gráfica 5 se incluyeron los deflactores implícito del PNB publicados por la JP. Una forma de mover el año base, es multiplicando el deflactor generado con el año base 1954, por la inversa de los deflactores para cada año que a su vez se multiplica por el escalar 100 mencionado anteriormente. El coeficiente generado entonces procede a deflacionar el valor nominal para cada año correspondiente. Note que el efecto práctico para el año que se convierte en el nuevo año base, es que sus valores nominales serían reales, pues son a “precios de ese año”. La gráfica 4 arriba, muestra el resultado de este ejercicio.
El segundo efecto que subyace el diagnóstico de Dr. Fuentes va a la información medular que permite la construcción de un "deflactor de precios". Por ejemplo, al no generar suficiente detalle de cierta información requerida para medir la industria de seguros en la actualidad, se le hace imposible a la Junta de Planificación tener un mejor índice para deflacionar los servicios de seguros (este asunto es mucho más crítico con los seguros por tipo, tales como Auto, Vida, Salud, ect.). De igual forma tampoco se detalla suficiente información importante para afinar la medición de los servicios financieros por parte de las Cooperativas Locales. Estos últimos señalamiento toca subsanarlos con colaboración de la Corporación Pública para Supervisión y Seguro de Cooperativas de Puerto Rico (COSSEC) y el Comisionado de Seguros de Puerto Rico, y sin esto adjudicar de forma falaz responsabilidad única a la entidad que produce los estimados oficiales no resuelve el problema.
"Ya en 2011, el Negociado de Análisis Económico de los Estados Unidos (BEA, por sus siglas en inglés) emitió una serie de recomendaciones al Gobierno de Puerto Rico para mejorar la calidad de las estadísticas económicas estimadas en la isla. Hasta la fecha, la mayoría de estas recomendaciones no se han incorporado a los informes económicos de Puerto Rico."- (CB, 23 de mayo de 2020 [traducción del autor])
Subsanar la recomendación número 6 del Negociado de Análisis Económico en su diagnóstico para el año 2011 antes citado, precisamente por ejemplo, para su cumplimiento en la actualidad carece de esta información sobre las industrias Cooperativas (Ahorro y Crédito) y de Seguros. Sin temor a equivocarnos, con un presupuesto que se reduce cada día más, el Área Económica de la JP podrá lograr todas estas recomendaciones tan pronto a la Junta de Control Fiscal y al gobierno, le interese poner su preocupación en terminar el proyecto de actualización de cuentas sociales fuera de periódicos y publicaciones de negocios, sino en la práctica.
Por lo pronto es importante saber que el Índice Coincidente de Actividad Económica del Banco de Desarrollo Económico, que usa el Dr. Fuentes para juzgar la veracidad de la medición del PNB, no substituye en términos formales la medición de nuestra economía. El año fiscal 2019, estuvo plagado de “swings” económicos, entre ellos la llegada de los desembolsos de recuperación para los huracanes Irma y María del 2017 que dieron un shock a la industria de la construcción del País. Eso sí, algo que debemos entender es que el último crecimiento de 4% que vio Puerto Rico, fue en el año 1999. Adjudicar un desempeño de esa magnitud requiere que los miembros de la Junta de Control Fiscal y su maquinaria de trabajo salgan de su oficina y vean en las calles de Utuado, Fajardo, Bayamón y San Sebastián, ese movimiento en la actividad social.
Retomando la credibilidad
La discontinuidad y carencia de actualizaciones en los métodos para la confección de nuestro datos macroeconómicos, han sido expuesto por economistas y entidades públicas en el pasado. Aun así, los esfuerzos para resolver esas polémicas, como hemos dicho, se han detenido por falta de apoyo de la misma burocracia, como de entidades políticas que reclaman públicamente esas carencias. Los asuntos más sonados en estas críticas son;
- Falta de estimados trimestrales
- No usar años base más recientes al 1954 que facilite la comparación con datos corrientes
- No considerar el Censo económico federal como referente para la medición económica de las Industrias
- No implementar índices encadenados de tipo Fisher con un año de referencia reciente,
- Falta de detalle sobre la medición de las industrias y sus componentes
- Falta de actualización en el método de medición de las industrias bancaria y de seguros
- Discontinuidad en las series de datos históricos para proveer mayor estabilidad al análisis de las cuentas nacionales
La frecuencia con que se divulgan hoy día los datos macroeconómicos principales que por ejemplo aparecen en la tabla 1 y 2 del Apéndice Estadístico al Informe Económico a la Gobernadora (PNB, PIB, Ingreso Interno Neto, Gasto de consumo del Gobierno, Gasto de Consumo personal, Inversión Interna Bruta, etc.) es anual, al igual que la mayoría de las fuentes de información que se requieren para su construcción y estimación. El poder generar datos con frecuencia trimestral, requiere que se mantengan y promuevan generar “detalle” de las diversas fuentes de información que hoy apenas se completan al cierre de los años fiscales.
Por otro lado, la crítica al sector de servicios bancarios y seguros debe considerar que en la actualidad en la página de COSSEC aparece información agregada trimestral de las 113 cooperativas de ahorro y crédito, que a diciembre del 2019 operaban en Puerto Rico. Adicional a esa información la Junta de Planificación recibe información directas de estas y otras entidades públicas relacionadas, y a puesto todo Junto para lograr alcanzar un esbozo aceptable sobre este particular. Sin embargo, la información sobre cooperativas de ahorro y crédito disponible promedia tasas de intereses y montantes de distintas clases de préstamos, sin el detalle exigido por las actualizaciones metodológicas del SIFMI en el SNA 2008. Sobre el tema de la trimestralización, durante este cuatrienio, se firmó la Orden Ejecutiva “OE-2017-030, para crear un equipo de trabajo interagencial a fin de lograr la eliminación para Puerto Rico del requisito del Electronic Export Information (EEI)”. Sin dicha información, en la actualidad se afectarían las mediciones anuales existentes. Sin embargo su posible alternativa, las “planillas de entidades y corporaciones” tienen frecuencia anual mientras que la información de importaciones que provee el EEI es mensual; sin tomar en cuenta la utilidad del detalle que también contiene y aportaría para un proceso de trimestralización.
La discontinuidad en la serie histórica por otro lado, es producto mayormente de la transición desde el Sistema de Clasificación Estándar (SIC) al Sistema de Clasificación de América del Norte (NAICS), puesto en vigor luego de la ratificación y ampliación del Tratado de Libre Comercio de la Región, permitiendo la comparabilidad entre las industrias de México, Canadá y Estados Unidos.
Este cambio se vio reflejado ya para la actualización del código posterior 2007, dividiendo la serie de tiempo del PNB y Producto Interno Bruto (PIB) de Puerto Rico, antes y después de este cambio (1970 a 2011 y 2001 al presente). El NAICS al tener más dígitos permitió mayor detalle industrial lo que a su vez transformó los “niveles” en la medición agregada de la economía de Puerto Rico.

Para salvar dudas con este tipo de transformaciones y discontinuidades, como al igual que con los datos de los positivos a pruebas de COVID19, el Gobierno debe “hablar claro”. Eso implica decir abiertamente el método de contabilidad que está utilizando, obligar a las fuentes de datos a cambiar su divulgación para incluir detalle; y publicar en sus comunicaciones aclaraciones que agreguen información para que el científico que aporta con su experiencia y labor ciudadana, pueda corregir o reconocer la labor de las agencias. Es decir, promover la crítica y la información, puede ser un camino correcto hacia una mayor credibilidad en la gestión pública.
Referencias:
1. Los datos expuestos en la gráfica 1, fueron recogidos en los informes diarios publicados por medio de la cuenta en la red social twitter del periodista Robby Cortés, pero publicados por el Departamento de Salud de Puerto Rico, junto a la serie de datos sobre resultados de Pruebas Moleculares, en la página especial sobre el Covid 19 del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, hasta el 24 de mayo de 2020.
2. Ricardo Fuentes Ramírez, es egresado del Colegio Universitario de Mayagüez, y Completo sus grado de Maestría y Doctorado en Economía de la Universidad de Massachusetts-Amherst. Uno de los más recientes y completos trabajo con numerosas colaboraciones de la facultad del Recinto de Mayagüez de la UPR, editado por Fuentes es el texto sobre Desarrollo económico de Puerto Rico: “Ensayos para una Nueva Economía” del año 2017.
3. Improving the measurement of Puerto Rico’s Economic Growth, Caribbean Business, 21 de mayo de 2020, visitado en https://caribbeanbusiness.com/improving-the-measurement-of-puerto-ricos- economic -growth/, el 27 de mayo de 2020
4. Las series históricas del producto nacional bruto a precios corrientes y real (a precios de 1954); y el deflactor implícito del PNB, aparecen en cada Apéndice Estadístico al Informe Económico de la Gobernadora en las tablas 1-4, para cada año fical con revisiones a 2 años y extención a 10 años. La serie real a precios del 2016, se elaboró para este ejercicio tomando el índice para deflacionar de dicho año como base.
5. El Informe Económico al Gobernador del año 1951, Junta de Planificación, fue visitado en: http://jp.pr.gov/Portals/0/Economia/Informes%20Econ%C3%B3micos%20al%20Gobernador/Informe%20Econ%C3%B3mico%20al%20Gobernador%201951.pdf?ver=2016-08-23-092532-647 , el 27 de mayo de 2020.
6. Se visitaron varios Apéndices Estadisticos al Informe Económico al Gobernador desde el más reciente hacia atrás, recogiendo las revisiones a su vez más nuevas de la medición oficial de la Junta de Planificación del Producto Nacional Bruto a precios corrientes.
* René J. Reyes Medina tiene un Bachillerato en Ciencias Políticas y una Maestría en Economía de la Universidad de Puerto Rico.
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